El hotel de hielo en Québec. ¿Preparados para el frío?
No hay que ir a los puntos más fríos de la tierra para hospedar-te en un lujoso Hotel… ¡hecho de hielo! En Quebec, esa dulce y afrancesada ciudad de la costa este de Canadá, también disponen de dicha maravilla arquitectónica. Así es, Quebec no solo deja encantados a sus visitantes por sus aires europeos, ni por su sabrosa gastronomía, ni siquiera porque puede visitarse fácilmente andando… sino porque al igual que Rovaniemi, goza de un maravilloso hotel de hielo. La verdad es que merece la pena contemplar esta impresionante obra de arte completamente construida a base de nieve y hielo. Hasta el más mínimo detalle está hecho de nieve y hielo, hasta donde tu vista puede alcanzar. Lámparas, muebles, paredes, puertas… como una fantasía hecha realidad.
Poca es la gente que tiene conocimiento de este, es por ello por lo que servidor siente que merece la pena darlo a conocer. Uno de sus maravillosos e innovadores aspectos es que cada invierno el hotel es rediseñado y reconstruido, con el fin de ofrecer a sus huéspedes una experiencia inolvidable. Año tras año, arquitectos y diseñadores se bastan de los recursos naturales más gélidos para darle formas distintas a su estructura.
Sin duda, un modo único y especial de pasar unas noches más… nórdicas por así decirlo. Y es que el Hôtel de Glace de Quebec, no tiene nada que envidiar al más conocido Hotel de Hielo de Rovaniemi en Laponia. Así es, no solo hay hoteles de este tipo en las películas de James Bond.
En esta atracción de ensueño, los clientes pueden pasar la noche en alguna de sus 45 habitaciones, exquisitamente decoradas con detalles de temática glaciar. Se inauguró hará ya 17 años y desde entonces no ha dejado de atraer a más y más curiosos, que vienen desde todas partes del mundo seducidos por la idea de adentrarse en este universo mágico. Sorprendentemente, esta al alcance de todos, tanto por la distancia como por su precio. Este “palacete invernal” se encuentra a tan solo media hora del centro de la ciudad, ubicado en la pequeña ciudad de Sainte Catherine de la Jacques-Cartier, cerca del lago Saint. Joseph.
Se que puede parecer un tanto extraño querer dormir sobre un bloque de hielo, pero en las habitaciones el frío es de lo último que debes preocuparte ¡Sus camas están provistas de pieles de venado y sacos de dormir, con lo que es fácil mantener el cuerpo caliente, el frío solo lo notarás en la nariz! Si no me crees prueba a relajarte en una de sus suites, jacuzzis al aire libre, o incluso en sus saunas. Su diseño no te dejará indiferente, con su alrededor de 11 mil toneladas de nieve y 350 de hielo, brinda unas instalaciones de lo más innovadoras, convirtiendo esta obra de arte en un lugar perfecto para alojarse.
Esta aventura nórdica va más allá de ofrecer puro alojamiento, también da la oportunidad de admirar fascinantes esculturas glaciares e incluso… ¡celebrar tu boda si lo deseas! Desde bares, salas de cine, galerías y hasta una pista de patinaje… con lo que queda claro que es prácticamente imposible aburrirse. Entre sus servicios ofrecen distintas actividades culturales y deportivas relacionadas con la estación invernal, como ir en moto nieve, pasear en trineo, patinar o esquiar. A todo esto, hay que añadirle sus increíbles salones de fiesta.
No sufras si crees que vas a estar desconectado de la civilización, el hotel proporciona red wifi y da acceso a ordenadores a sus huéspedes. Si lo que deseas es pasar una noche diferente y en definitiva vivir una experiencia nueva, acércate a este onírico hotel edificado sobre 3.000 m2 y compruébalo por tu mismo.
La pregunta es… ¿Cómo llevas el frío? Aparte de buscar grandilocuencia arquitectónica, el creador de dicho proyecto, Jacques Desbois, ¿pensó sí que en Suecia pudieron construir uno… por qué no hacerlo en Quebec? (en palabras del empresario, “la capital de la nieve”). Tomo como referencia el modelo sueco y tras años de esfuerzo por tirar adelante la idea… consiguieron materializarla al cabo de 5 años. Como no, la construcción creo un tremendo revuelo mediático… tanto es así que se dedicaron un buen montón de reportajes, que lo llevarían a ganar prestigio entre los turistas que lo habían visitado. Al mismo tiempo, este reconocimiento, fue traducido en diversos premios como Grand Prix Tourisme Quebecois 2001.
En fin, como podemos ver una vez más, la imaginación no tiene límites. Con lo que, si quieres sentirte como un esquimal por unos días, moverte en trineo, patinar, esquiar, o simplemente relajarte… Una noche en este hotel te dejará las emociones “congeladas”.
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