Los indios utilizan la palabra “yoho” para mostrar sorpresa y admiración. Quizás sea esa la razón por la que este rincón que descubren quienes deciden viajar a Canadá se llame Parque de Yoho. En la intermediación entre en este magnífico parque natural y el Parque Nacional de Banff surge entre tres glaciares el maravilloso lago Louise.
La primera vez que se observa la estampa de esta balsa de agua contenida entre escarpadas montañas sorprende la blancura de su superficie. Un color que debe a la sedimentación que le aportan los riachuelos descendentes de los glaciares Victoria y Lefroy. Desde sus orillas se pueden practicar multitud de deportes, aunque en la estación estival triunfan las canoas, los paseos a caballo y las rutas de senderismo que recorren los entornos buscando los miradores a cual más asombroso para contemplar esta belleza natural.
El lago sirvió de lugar de descanso a los trabajadores que se afanaban en construir una de las vías principales del país, la línea de ferrocarril. La compañía levantó en sus orillas el Château Lake Louise, un lujoso hotel que sigue abriendo sus puertas a quienes visitan Canadá.
Muy cerca del lago, siguiendo una sinuosa carretera, se llega a Lake Louise, una población situada a los pies de la autovía Trans Canada Highway, que cruza el país de costa a costa. La localidad es un remanso de paz entre altas coníferas y las montañas que dan al parque. A ella acuden los visitantes de la región en busca de las heladas aguas del Lago Louise en invierno, aunque cuando el frío aprieta la principal atracción es la enorme estación de esquí con vistas al pueblo. Sus 139 pistas son solo un atractivo más de este rincón de Canadá.
Para descubrir estos tesoros naturales y viajar a Canadá sin perderte nada confía en Next Destinium, tu agencia de viajes.
